Muchas mujeres sienten que su trabajo en la casa es menospreciado o muy poco apreciado. A la hora que les preguntan ¿trabajas? Reaccionan un poco ofendidas hablando de su labor en la casa. El trabajo en casa es muy pesado, nunca tiene fin, terminamos de limpiar algo y ya se ensucio otra cosa. Desde muy temprano hasta muy noche, siempre hay algo que hacer, muchos no se dan cuenta de lo que hacen las mujeres por mantener su casa limpia y a su familia cómoda, hasta que se ponen en huelga o por alguna razón no hacen su trabajo, entonces sí, se nota que, sin lo que hacen ellas, la casa sería un caos, no habría comida, ni ropa limpia, los niños no llegarían a tiempo al colegio, etc.
Toda mujer, y en especial las casadas y con familia, tienen mucho trabajo en casa, pero lo peor que pueden pasar es que se sientan sirvientas, choferes, camareras, niñeras, enfermeras y otros tantos oficios, sin goce de sueldo, y no amas de casa, que significa señoras de la casa, esposas, que significa dueñas del amor de su esposo y madres, que significa haber sido bendecidas con hijos.
En esta época, muchas mujeres trabajan fuera de casa por necesidad, aunque hay unas cuantas que lo hacen por gusto, así es, pues estudiaron mucho y ahora quieren sentirse realizadas como profesionistas, esto además de satisfacción personal, les proporciona una estabilidad e independencia económica. Ellas contribuyen para los gastos de la casa y pueden darse sus gustos sin ser carga para sus maridos. En casi todos los casos, la mujer que trabaja fuera de casa, también lo hace en casa, porque eso no le quita su responsabilidad de señora de la casa, así que tiene doble trabajo. Con esto no estoy diciendo que sean más o menos que las que no lo hacen, simplemente que trabajan un turno en casa y otro fuera de casa, y no un horario corrido como las que no trabajan fuera de casa, como consecuencia hay cosas que no pueden hacer aunque quieran, porque están trabajando, otras que no hacen tan bien por falta de tiempo y otras que les cuesta mucho trabajo hacer y que a veces hasta pagan por no hacerlas.
Lo más importante es que como mujeres no perdamos de vista lo que espera Dios de nosotras, y que cumplamos con los propósitos por los cuales hemos sido creadas, entre los cuales están los siguientes: Ser ayuda idónea para nuestros esposos (Gen. 2:18), edificar nuestra casa (Prov. 14:1), amarlo a Él y dar ejemplo, amar y sujetarnos a nuestros esposos, enseñar y atender a nuestros hijos, cuidar nuestra casa (Tito 2:3-5) y tratar de ser la mujer ejemplar de la cual nos habla Proverbios 31: 10-31.
Termino diciéndoles que cuando les cueste trabajo hacer algo por su familia o por otras personas, consideren el versículo de Colosenses 2:23-24 “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.”
Noviembre 2018