
El mundo no se sujeta a Dios y está expuesto a las consecuencias del pecado. Suceden día a día tantas cosas que nos ponen tristes, porque la vida es complicada y está llena de situaciones adversas que a veces están fuera de nuestro control: Pérdidas, separaciones, errores, desacuerdos, desastres naturales, accidentes, muertes, enfermedades, obstáculos y más cosas que desearíamos que no acontecieran.
Enfrentar las desgracias sin la ayuda de Dios, agrava las cosas, y hace que las personas se agoten, se desanimen, se frustren y se conformen a vivir derrotados y sin gozo. Porque sin Dios, dejar de luchar y rendirse parece la mejor salida. Algunos piensan que, ante las situaciones difíciles, no se puede hacer nada, más que perder y llorar.
Ceder el control de nuestras vidas a las circunstancias adversas, en lugar de buscar consuelo, fortaleza y solución en Dios, es lo peor que podemos hacer. Si vivimos dependiendo de lo que pasa a nuestro alrededor, nos sobrarán razones y excusas para perder la alegría de vivir. Hay cosas que se pueden cambiar y otras que no, que producen mucho dolor y tristeza, pero no por eso debemos vivir permanentemente así. Hay un tiempo para todo (Ec. 3), tiempo de duelo, de llorar, pero también tiempo de reír, de seguir adelante, resignarse, de superar pruebas y contentarse en Dios.
No nos llenemos de temor ni nos amedrentemos ante las adversidades, éstas no duran para siempre, 1 Pedro 1:6 NTV dice: “Así que alégrense de verdad. Les espera una alegría inmensa, aunque tienen que soportar muchas pruebas por un tiempo breve” y promete Dios en Nehemías 8:10 TLA: “¡Alégrense, que Dios les dará fuerzas!”. Así que, aunque se encuentren tirados y golpeados en la lona del ring, Dios los levantará con nueva fuerza para seguir adelante, ¡gócense en lo que hará Dios con ustedes!
Ante las contrariedades de la vida, mantente positivo en Dios, porque todas las cosas tienen un propósito y nos ayudan para bien (Romanos 8:28). Nadie quiere sentir dolor ni tristeza, todos queremos ser felices, así que debemos buscar la verdadera felicidad, bendición que proviene de Dios, que se puede experimentar aún en medio del dolor, porque el gozo y la paz del Señor son superiores a lo que da “el mundo” (Juan 14:27), y producen consuelo, fortaleza y esperanza.
En el mundo tendréis aflicción, tribulación, angustia, persecución, hambre, desnudez, peligro, muerte, pero nada podrá separarlos de Dios si creen que Cristo ha vencido y que, en Él, somos más que victoriosos (Romanos 8:37). Así que, siéntanse muy felices y fuertes en Cristo Jesús, sin importar la prueba que estén pasando, porque no están solos el Todopoderoso los sostiene.
Julio 2019