Será como árbol firmemente plantado junto a corrientes de agua, que da su fruto a su tiempo,
y su hoja no se marchita; en todo lo que hace, prospera. Salmo 1:3
Los avances tecnológicos nos han envuelto, creemos que sin energía eléctrica y gasolina la vida no sería igual. La tecnología ha beneficiado al mundo, pero también están dañando nuestro ecosistema y nuestra vida espiritual. Hemos cambiado lo verdadero por lo sintético, a pesar de saber que las imitaciones son: sustitutos que no benefician y que lo natural es mejor que lo procesado, porque es sano y no trae consecuencias.
Si te dijeran que pasarás el resto de tu vida con tu familia y otras personas en una pequeña isla sin tecnología, pero que Dios te dará la oportunidad de pedirle algunas cosas para acondicionar el lugar ¿Qué pedirías? Creo que todos querríamos una casa, que hubiese un lago de agua dulce, animales comestibles y no fieras, tierra fértil y muchos árboles frutales.
Si meditas bien, Dios nos dio un planeta hermoso, donde la tierra produce gracias a Su bendición. Solo teníamos que cuidarlo y hacerlo producir (Gen. 2:15), pero de repente vemos al hombre haciendo trueque, pagando a los que sembraron y él ocupándose en otras cosas, así fue como inició una revolución industrial.
Nuestra vida espiritual es como un árbol, pero no podemos dejarlo al cuidado de otras personas, necesitamos atenderlo personalmente. Dios quiere que seamos como el árbol del salmo 1: firme, bien alimentado, que da fruto, está verde siempre y prospera. Él está esperando fruto de nosotros.
Los árboles tienen varias partes: raíz, tallo, hojas, flores y frutos. Su propósito final es el fruto. El fruto muestra qué clase de árbol es. Podemos ver un frondoso árbol, pero si su fruto es malo nos damos cuenta de que su apariencia es falsa. Es muy simple, un árbol malo no da frutos buenos, ni un árbol bueno produce frutos malos.
El fruto que espera Dios de nosotros es el espiritual. Un fruto es diferente a un don. El don es un talento que nos regala Dios. El fruto se produce a medida que el cristiano se somete al Espíritu Santo, es parte del proceso de la santificación. El fruto del Espíritu es el carácter de Cristo: SU AMOR, SU BONDAD, SU PUREZA, SU PAZ, SU MANSEDUMBRE, SU TEMPLANZA, SU PACIENCIA, SU GOZO Y SU PAZ (Gálatas 5:22-23). Aunque parecen que son muchos frutos, es uno solo, porque no pueden ser separados, es un paquete. Para que el carácter de Cristo se forme en nosotros, necesitamos entregarnos por completo y convivir con Él a diario, permanecer en Su Palabra (Juan 15). Es a través de los frutos espirituales que podemos demostrarle al mundo como es Cristo y tener una vida más saludable, feliz y productiva en todas las áreas: Espiritual, emocional y física.
Jesús mismo nos enseñó que para distinguir a los falsos profetas, miráramos sus frutos (Mateo 7:20). No hay forma de falsificar el fruto espiritual, se puede imitar, pero tarde o temprano, el carácter del hombre carnal se manifiesta y demuestra que no está siendo dirigido por el Espíritu de Dios.
La Palabra de Dios nos advierte que su reino fue quitado a los que no produjeron Su fruto (Mateo 21:43) y también que el hacha está puesta a la raíz de los árboles que no da buen fruto, dice que serán cortados y echados en el fuego (Mateo 3:10)
El mundo y sus avances están ahogando a muchos cristianos, por estar en los afanes, las riquezas y los placeres de la vida, han descuidado su vida espiritual y no han producido el fruto esperado por Dios (Lucas 8:14), sino imitaciones. Necesitamos cambiar nuestras prioridades y plantarnos en la casa de Dios (Salmo 92:13-14) para alimentarnos bien y producir, necesitamos retener Su Palabra para que nuestro corazón sea transformado en bueno y recto, y dar fruto (Lucas 8:15). Necesitamos ser verdaderos discípulos de Cristo para llevar mucho fruto (Juan 15:8).
Si eres un árbol frondoso, pero sin fruto, ocúpate en producirlo. Dios quiere que te conviertas en un árbol frutal, que lleves mucho fruto. Deja que Cristo sea formado en ti, para que produzcas el fruto del Espíritu y puedas ser de bendición.
Marzo 2011