Como cada año, el calendario marca los meses de julio-agosto como periodo de vacaciones, pero también tenemos 2 semanas en Semana Santa y Navidad. La mayoría de nosotros tendrá disponibles unos días para tomar un receso de sus actividades de rutina; romperemos el ciclo de todos los días, no habrá que llevar niños a la escuela, ni que trabajar, así que podremos hacer algo especial con nuestro tiempo y con el dinero extra que recibiremos, pues a la mayoría le pagarán sin tener que trabajar.
Algunos no quieren dejar de trabajar, así que le siguen en la casa y pasan sus vacaciones estresados porque no les alcanza el tiempo, ni el dinero para hacer lo que querían, y regresan a sus labores más cansados que cuando salieron. Salir de viaje en vacaciones para ellos es dinero tirado a la basura. Les cuesta trabajo darse cuenta de que siempre habrá necesidades y trabajo, pero que las vacaciones son tiempo para descansar y para compartir. Que el cuerpo necesita también esparcimiento y descanso y que es sabio invertir el dinero en tu familia, que es el pequeño rebaño que Dios ha puesto en tus manos y en tu persona, que es el templo del espíritu de Dios. Necesitas tomarte unas vacaciones, claro está que, de acuerdo con tus posibilidades y necesidades, pero no tienes que gastar mucho para hacerlo, el chiste es salir de lo mismo.
Dicen que las vacaciones fueron creadas para evitar el estrés, con el fin de incrementar la productividad de los individuos en el resto del año. En otras palabras, sirven para renovar las fuerzas e impulsarnos para seguir, obvio si aprovechamos correctamente ese tiempo para relajarnos. Todos sin excepción merecemos unas vacaciones, incluso aquellos que trabajan en el hogar sin remuneración.
Hay quienes piensan que, si la Biblia no menciona algo sobre el tema, no es bueno, ni permitido. Creen por tanto que son malas las vacaciones, que solo debemos trabajar. Pero fue Dios quien inventó el descanso. Seis días trabajó y el séptimo descansó de todas sus obras (Gen. 2:3). Así que no te sientas mal por tomarte unos días de descanso, todos tienen derecho a divertirse de una manera sana, ¡ojo con lo que haces en las vacaciones!, pues de todas las cosas que hagas, te juzgará Dios (Ec. 11:9b). Un cristiano, no abandona su fe, cuando se toma un tiempo de vacaciones, sino que aprovecha el tiempo de diferente manera, he aquí algunas sugerencias.
VIAJA. Cambiar de aires es sumamente placentero. Haz maletas y vete a una playa o a otra ciudad, y descubre que la presencia de Dios está en todos los lugares. Ver la naturaleza o conocer lugares diferentes te motiva a alabar a Dios (Salmo 8) por todo lo que hizo para que nosotros lo disfrutáramos.
VISITA. Hay quienes no pueden pagar un hotel por su presupuesto, pero organizan sus vacaciones visitando a parientes lejanos, pero no te avergüences de compartir tu fe, porque sería como negar a Dios (Romanos 1:16) aprovechan el tiempo, para dar testimonio de las obras de Dios.
CONVIVE. Los que andan cortos de dinero, organizan un fin de semana especial. Un paseo al río o unos días de campo, preparando comida al aire libre en un lugar cercano con el fin de alejarse de las multitudes y dedicarse de lleno a su familia. Toma tiempo para el dialogo que fortalece los lazos familiares y organiza juegos de mesa, deportivos o acuáticos para brindarles diversión a tus hijos. El chiste es buscar la bendición de la armonía (Salmo 133) que se da cuando pasamos un tiempo juntos, así que cualquier lugar es bueno.
EXCURSIONA. Quienes no tienen familia o su familia no tiene vacaciones, con sus amigos planean viajes en grupos o aprovechan los viajes que organiza la iglesia, como los campamentos o actividades diferentes para disfrutar de tiempos especiales, convivencia y esparcimiento. Pues estas actividades les permiten fomentar y fortalecer amistades.
COMPRA. Definitivamente hay quienes se divierten mucho comprando cosas. Si no quieres hacer ninguna de las actividades antes mencionadas, pues haz un viaje rápido de compras y disfruta de las tiendas que es un placer que no muy seguido podemos gozar los asalariados con grandes compromisos, pero sé prudente, para que no te arrepientas después.
En fin, si nos organizamos bien y con tiempo podemos hacer tantas cosas en los días de vacaciones. Además de las que te mencionó hay muchas actividades que podemos disfrutar sanamente. Así que usa tu imaginación para hacer de tus días de descanso unas lindas vacaciones y si para el siguiente año quieres algo diferente y el dinero es el problema, prepárate como la hormiguita que trabaja en el verano para el invierno (Prov. 6:6). Ahorra todo el año para tener un verano especial. Pero, sobre todo, nunca te olvides de Dios, no descanses de Él, lo contrario, aprovecha las vacaciones y toma más tiempo para Él, para honrarlo con tu vida misma. ¡Felices vacaciones!