Marthita no tenía papá. Un día fue a una iglesia y allí le enseñaron de Dios, le dijeron que Él era nuestro Padre Eterno. Que siempre estaba cerca de nosotros, que platicáramos con Él a través de la oración y sentiríamos Su gran Amor. Ella sabía rezar, pero orar era otra cosa. Así que le dijo a su maestro de Escuela Dominical, que la enseñará orar, porque ella solo sabía repetir.
Él le dijo que Jesús nos había dejado como muestra para orar el Padre Nuestro, que de esa oración debíamos aprender, pero que no deberíamos repetir las cosas solo por repetir. Que a Dios no le gustaba que oráramos para que los hombres nos vieran, sino que debía buscar un lugarcito y secretamente platicar con Él. Y le mostró, lo que Jesús quería que hiciéramos cuando orásemos (Mateo 6: 5-13). Revisa los puntos que debemos cubrir usando el modelo de está oración y luego di tu oración, con tus propias palabras.
1. DEBEMOS DIRIGIRNOS A DIOS Y ALABARLO.
Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.
2. DEBEMOS PEDIRLE QUE EL HAGA LAS COSAS COMO ÉL QUIERA.
Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
3. DEBEMOS HACERLE SABER NUESTRAS NECESIDADES Y PEDIRLE QUE LAS SUPLA.
El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
4. DEBEMOS PEDIR PERDÓN POR LO QUE HACEMOS Y PERDONAR A LOS QUE NOS HACEN DAÑO.
Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.
5. DEBEMOS PEDIRLE QUE NOS AYUDE EN NUESTROS PROBLEMAS.
Y no nos metas en tentación, más líbranos del mal;
6. DEBEMOS RECONOCER QUE ÉL ES DIOS Y ES PODEROSO, Y CONFIAR EN LO QUE ÉL HARÁ.
porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.