Asuero, era el rey de Persia, gobernaba sobre 127 provincias, de la India hasta Etiopía, y la capital de su reino se llamaba Susa. En el tercer año de su reinado, Asuero organizó una gran fiesta para todos los líderes del país. También invitó a los jefes de los ejércitos de Persia y Media, y a las autoridades y gobernadores de las provincias. La fiesta duró 6 meses, en los cuales el rey les mostró sus riquezas y les presumió lo poderoso que era su reino. Me imagino que la gente se quedaba en el palacio, allí comieron y durmieron durante medio año.
Cuando se acabó esa fiesta con los grandes líderes, el rey quiso tener otra fiesta, duró 7. A esta fiesta invitó a todos los hombres que vivían en Susa, desde el más importante hasta el menos importante. El palacio estaba radiantemente adornado, los muebles eran de oro y plata, y el piso era mármol blanco y negro, con piedras preciosas incrustadas. Sirvieron lo mejor y pusieron vino en las copas para brindar, pero, el rey ordenó a los sirvientes que no obligaran a nadie a beber, solo lo haría el que quisiera. Mientras tanto la esposa del rey, la reina Vasti también ofreció en el palacio una fiesta para las mujeres de los invitados.
El último día de la fiesta el rey se emborrachó porque había tomado mucho vino y mandó llamar a los 7 hombres de su confianza y les ordenó que fueran por la reina. Quería que ella luciera la corona y todos vieran su belleza, quería presumirla ante toda la gente. Pero ella no quiso obedecer la orden del rey y éste se puso furioso y les preguntó a sus consejeros que decía la ley qué debía hacer. Ellos le dijeron que la reina Vasti no sólo ha ofendido al rey, sino también a todos los jefes y a toda la población y que cuando las otras mujeres se enteraran de eso, tampoco respetarían a sus esposos, eso provocaría grandes problemas. Así que le dijeron al rey que Vasti ya no siguiera siendo la reina, que diera la orden para que nadie pueda cambiar su decisión y que eligiera otra reina que fuera mejor que ella, para que todas las mujeres lo vieran y respetaran a sus esposos, fueran ricos o pobres. Al rey le agradó su propuesta, destituyó a Vasti y se puso a buscar a la nueva reina, pero esa es otra historia.