Cada día se hace más difícil elegir un regalo, hay tantas cosas que comprar, de tantos colores, y marcas que cuesta trabajo decidirse por una cosa; puedes pasar horas en las tiendas y no comprar nada, esperando encontrar algo mejor en otra tienda. A algunos les toma días elegir un regalo, y luego para que no sea del agrado de la persona, o cuando menos no lo que ellos esperaban.
¿En qué piensas cuando vas a regalar? ¿Qué cosas influyen cuando buscas un obsequio? ¿La persona, su gusto, el tuyo o tu presupuesto?
Los regalos algunas veces dejan de ser sorpresas agradables y se convierten en decepciones; de la envoltura pasan a un lugar donde no estorben, a manos de otros o incluso a la basura. ¿Te gustaría recibir un regalo inservible, algo roto, usado o simplemente algo que no te gusta? En Navidad es común hacer intercambio de regalos entre los amigos, familiares o compañeros de trabajo y para que sean parejos fijan un monto de dinero, pero ¡sorpresa! mientras unos se pulen en buscar algo muy bueno, otros simplemente dan cualquier cosa y nunca falta el que dice: ¡No me gustó tu regalo!, mejor me hubieras dado el efectivo. Se ha puesto de moda los regalos en efectivo, no sólo en los Baby Shower, Despedidas, sino hasta en las Bodas, Fiestas de Cumpleaños y Navidad. ¿Por qué? Para que no les den regalos repetidos como en caso de las Bodas, parece que todos quieren regalar: toallas, vasos y planchas; o para evitar que les dan algo que no usarán. Recibir un regalo que no te sirve o no te gusta, es como no recibir nada.
La ventaja de los regalos en efectivo, por un lado, es que el festejado puede comprarse lo que él quiere, a su gusto y, por otro lado, resulta muy cómodo para el que lo da, porque no tiene que molestarse en buscar algo apropiado y envolverlo. Pero tiene su desventaja, cuando se fija un monto, sobre todo si la cantidad es alta y tu presupuesto no te lo permite, así que mejor se abstienen de asistir y, por lo tanto, de regalar algo al homenajeado.
No es malo dar regalos en efectivo, casi a todos les gusta, lo triste es haber recurrido a ese recurso, porque la gente no sabe dar buenos regalos, pero hay algunas personas que saben dar buenos regalos, y cuando se les estipula una cuota accesible, estos se ven limitados en bendecirlos pudiendo dar algo más costoso.
La verdad es que un buen regalo no tiene precio, puedes adquirir algo muy bueno, con poco dinero o bien, también tienes la opción de hacer algo creativo con tus manos, si no tienes el dinero suficiente para comprar, pero quieres hacerte presente con los homenajeados.
Cuando alguien desprecia nuestros regalos, es porque los compramos pensando en nosotros, en nuestro dinero y no en agradar a la persona a la que se lo vamos a dar; cumplimos con el compromiso de regalar, pero no damos nada especial o de calidad. Necesitamos aprender a dar buenos regalos, para que nadie rechace nuestros regalos, así que para que tus regalos sean buenos, necesitas preocuparte por saber, no sólo lo que la persona necesita, sino lo que la haría feliz y procurar dárselo. Algunos de nuestros seres queridos son muy obvios, no tienes ni que preguntarles qué quieren, resalta a la vista lo que anhelan, hasta hacen campaña, publicando que quieren antes de su cumpleaños o de Navidad, eso nos facilita mucho las cosas.
A todos nos gustan los regalos, Dios no es la excepción, Él también espera buenos regalos. Él es el gran Rey y a los reyes se les da lo mejor. En su Palabra te dice qué es lo que le gusta: tu amor, tu tiempo, tu compasión por el pobre huérfano y la viuda, que sostengas Su Casa, que ames su obra. Dale a Dios lo que Él quiere, pero no se lo des por compromiso, dáselo porque lo amas y quieres agradarle. A su pueblo le dijo en una ocasión que no le agradaban sus regalos porque eran malos, le ofrecían lo que no servía y les dijo que se los dieran a sus gobernantes, y vean si ellos, si los quieren, para que se dieran cuenta de que no era Él, el requisitoso, sino que sus regalos eran tan malos y que nadie los aceptaría, por eso terminó diciéndoles que no le trajera nada, porque no los iba a recibir (Malaquías 1).
Tómate el tiempo para agradar a las personas a las que vas a obsequiarles algo, créeme si tú les das algo de corazón, buscando bendecirlos, ellos se pondrán felices y apreciarán tu obsequio, sin importar su precio monetario, pero, sobre todo busca agradar a Dios.