Dios nos creó como individuos, pero para formar núcleos. Estamos organizados por familias, barrios, ciudades, estados, país y finalmente un mundo. A través de la Biblia y sus historias, podemos decir que Dios no quiere que el hombre viva solo y para sí, sino que tenga comunión con la gente.
Lo primero que debemos pensar es que no estamos solos, creer que somos únicos está mal y vivir para nosotros mismos nos convierte en personas egoístas. Una persona egoísta se cree el centro de todo, todo gira alrededor de él, quiere todo para él, él siempre necesita algo y no puede pensar en los demás. (Es como un junior, impuesto a recibir toda la atención, que no le gusta compartir con nadie nada).
Dios quiere que aprendamos a pensar en los demás, de hecho, quiere que busquemos ayudar, ser de bendición. Que donde estemos o vayamos se deje sentir la bendición de Dios. Así que tenemos que abrirnos más a las personas, ser más perceptivos sobre lo que sucede alrededor nuestro. La mayoría de las veces cuando alguien conocido padece una situación y no lo apoyamos, nos escudamos diciendo que supimos, que no nos dijo nada, y aclarándole que si quiere ayuda necesita pedirla, pero la realidad es que, si nos importaran, si fueran de nuestro círculo cercano, deberíamos estar al pendiente de ellos. En ocasiones, nos mantenemos al margen de las personas porque creemos que no podemos ayudarlas, no tenemos nada que darles, pero hay algo que si podemos hacer y que no requiere dinero y es compartirles de Dios. Siempre podremos dar una palabra de ánimo con la Palabra de Dios y hacer una oración, interceder por alguien no cuesta nada, solo requiere tiempo.
México es nuestro País, en él vivimos y vive nuestra gente, lo que le sucede a México, aunque parezca que no nos afecta, lo hace, de una manera directa o indirecta todos sus pesares impactan a la sociedad, sus conductas, su futuro. México necesita que nos interesemos en él.
Nuestra nación necesita que nos atravesemos por él ante Dios, México no ha sido destruido a pesar de tanta maldad y malas rachas, porque hay justos intercediendo por él. No te gustaría a ti ser uno de esos que detienen las destrucciones y provocan las bendiciones en tu País. Si realmente queremos orar con pasión por algo o alguien, necesita importarnos, dolernos y pensar que podemos mover la mano de Dios con nuestras oraciones.
Que se requiere para ser un verdadero intercesor:
1. SENSIBILIDAD. Si no sientes nada por tus compatriotas, sobre todo por los que sufren, si no te importa lo que le acontece a tu nación, pídele a Dios que te haga sensible a Su Presencia y a esas necesidades, que te ayude a ver con sus ojos de amor su obra en México.
2. INTERÉS. Si no sabes lo que estamos viviendo como País, no sabrás por qué pedir. Necesitas mantenerte actualizado de la situación que se vive en tu ciudad, estado y nación. A veces no queremos escuchar las noticias para no deprimirnos, pero para ser un intercesor necesitas conocer el estado en que estamos. Escucha, ve o indaga las noticias, periódico, tv, internet y radio te pueden ayudar.
3. OCÚPATE. Hay noticias desbastadoras que aplastarán tu mente y corazón, que oprimirán tu espíritu, pero no se trata de mortificarte la vida, sino de hacer tu tarea que es: poner todo en manos de Dios. Para Él no hay nada imposible, cree que Él puede y quiere ayudar a México.
4. DALE SU LUGAR A DIOS. Él es bueno, no hace daño a nadie, es el dador de toda buena dádiva. Él no quiere mal para nadie, sino bien, desea que se arrepientan y salvar sus vidas, no condenarlos y castigarlos. Las cosas feas suceden como consecuencias de algo, pero aun así Él tiene el control, las cosas pudieran ser peores de lo que vivimos, Él nunca nos dará algo que no podamos soportar. Él quiere intervenir y actuar, ruega porque Su presencia sea manifestada y que los afectados puedan experimentar su amor para que Él sea glorificado en todo.
5. TOMA CAUSAS DIFERENTES Y ESPECÍFICAS POR DETERMINADO TIEMPO. Por algunas situaciones solo oraras una o dos veces, pero otras requieren más tiempo, así que debes ponerles tiempo a tus peticiones e ir cambiando de tiempo en tiempo. Declarando que Dios tomará el control y dará solución, sanará heridas y restaurará vidas. Pide que su reino sea establecido en este tiempo y que se cumpla su perfecta voluntad, eso implica, que Él actuará como considere que es lo mejor para nosotros.
6. PIENSA MÁS EN LAS PERSONAS QUE EN LAS SITUACIONES. Lo que vivimos puede ser desastroso, pero lo más terrible no es lo que hace a las cosas sino como afectas a las personas, así que nuestro ruego más que por cosas, es por personas, por sus necesidades físicas, emocionales y más importante, espirituales, porque Dios quiere detener los planes del enemigo, sanar heridas, pero más salvar almas. Dios quiere resolver nuestras situaciones actuales, pero más nuestra eternidad. Haz un círculo de tu gente y ve extendiéndolo. Primero tu familia física y en la fe. Segundo tus allegados somo son amigos, compañeros, vecinos y conocidos, y en tercer lugar considera a los que sufren y a los que no conocen a Cristo. Todos necesitan de Cristo, conocer su gloria y ser librados del mal.
7. AGRADECE Y BENDICE. Nunca termines una oración sin darle gracias a Dios por su amor e intervención, recuerda quién es Él y que no merecemos nada, más sin embargo nos da todo, bendice su nombre y bendice a cada personas y situación por la que ores. Cubre con bendiciones la vida de tus hijos, tu conyugue, tus padres, cada uno de tus familiares, pastores, líderes espirituales, amigos, vecinos y compañeros, etc., puedes hacerlo en una ocasión por unos y en otra por otros. Puedes usar pasajes bíblicos como él de Deuteronomio 28, las bendiciones de obediencia: Bendito serás tú en la ciudad, y bendito tú en el campo. Bendito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, el fruto de tus bestias, la cría de tus vacas y los rebaños de tus ovejas. Benditas serán tu canasta y tu artesa de amasar. Bendito serás en tu entrar, y bendito en tu salir. Jehová derrotará a tus enemigos que se levantaren contra ti; por un camino saldrán contra ti, y por siete caminos huirán de delante de ti. Jehová te enviará su bendición sobre tus graneros, y sobre todo aquello en que pusieres tu mano; y te bendecirá en la tierra que Jehová tu Dios te da. Te confirmará Jehová por pueblo santo suyo, como te lo ha jurado, cuando guardares los mandamientos de Jehová tu Dios, y anduvieres en sus caminos. Y verán todos los pueblos de la tierra que el nombre de Jehová es invocado sobre ti, y te temerán.
¡De tu amor y oración necesita México!