En el mundo de ahora como en el de hace siglos el hombre siempre ha querido un lugar especial, ser reconocido y tener autoridad sobre otros. Cristo nos enseñó quien es verdaderamente grande: Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. Mateo 20: 26-30.

El Padre encomendó a Jesucristo una misión: salvar al mundo. Jesucristo a su vez, nos dio a nosotros sus discípulos la gran comisión. Nosotros no trabajamos solos, porque Él nos enseñó a trabajar en grupo, nos movemos como iglesia. La iglesia juega un papel muy importante en el mundo; cada iglesia debe impactar en su comunidad con su ministerio. La palabra "ministerio" viene del Latín ministerium, que significa "servicio".
La iglesia no es un edificio para congregarnos, es un organismo viviente, es el cuerpo de Cristo. Nos reunimos para edificarnos, aprender a amar, prepararnos y salir a impactar al mundo con buenas acciones. Dice la Palabra en Efesios 4:7 en la versión internacional: “Pero a cada uno de nosotros se nos ha dado gracia en la medida en que Cristo ha repartido los dones” es decir que El nos dio las capacidades que él quiso, es decir que el decidió quien iba a hacer cada cosa en la iglesia y lo dotó de habilidades y talentos especiales para facilitarle la misión. Hizo esto para que todos los que formamos la iglesia, estemos capacitados para servir, como un grupo muy unido y tener todo lo que necesitamos. Para que no seamos como niños, que ahora piensan una cosa y más tarde piensan otra, y que fácilmente son engañados y para que obremos por amor y en todo lo que hagamos nos parezcamos cada vez más a Cristo, que es quien nos gobierna. Dice que Cristo es quien va uniendo a cada miembro, según sus funciones, y quien hace que cada uno trabaje en armonía, para que la iglesia vaya creciendo y cobrando más fuerza por causa del amor. Y al estar en amor impactar a los de afuera para que gocen también ellos de los beneficios que tenemos de formar parte de este precioso cuerpo.
A todos nos gusta que nos sirvan, se siente bien ser atendido, pero lamentablemente no todos queremos servir. Hay iglesias donde el Pastor hace todo, porque los hermanos no se involucran en el ministerio cristiano, y lo único que logran además de cansar al Pastor es cosechar poco, no crecen ni permanecen porque tienen muy poco cuidado espiritual, emocional y físico. El servicio no debería ser una carga, ni un yugo porque quien ama es feliz sirviendo. El que sirve no busca su interés personal ni una recompensa, porque no es un trabajo es una misión de Dios que le ha sido encomendada.
Muchos no se involucran en el trabajo de la iglesia porque creen que no saben cómo hacer las cosas o no son las personas indicadas, pero esos son pretextos. Pretenden ignorar que el ministerio cristiano no está formado por llamamientos y logros humanos (aunque la preparación forma parte importante para hacer mejor el trabajo). Los que sirven al Señor obtienen, primero que nada, el llamado y capacitación directamente de Dios, sin importar su clase social o preparación secular, y si no saben, aprenden con tal de servir y agradar a Su Dios.
El verdadero cristiano no se conformar con servir a su manera y en el tiempo que le sobra, sino que se involucra en el trabajo de la iglesia, que es el de Cristo y se compromete sin hacer a un lado sus responsabilidades seculares (porque su testimonio en el mundo y en la familia es importante), simplemente se esfuerza para servir a Dios y en algunas ocasiones hasta se sacrifica con tal de no perderse la bendición de glorificarlo, cumplir con su ministerio y bendecir a otros.
Felicitó a todos los hermanos que ya están sirviendo, porque simplemente han hecho lo que debían hacer. (Lucas 17,10). Pero a los que están sin hacer nada, les quiero decir que hay muchas maneras de servir a Dios y cumplir con la misión encomendada. Hay tareas muy sencillas y otras muy grandes, pero todas es necesario hacerlas porque son importantes (1 Co. 12 y Rom.12). Aquí lo importante es saber que tú como miembro del cuerpo tienes una tarea y es indispensable que la hagas. Aunque parezca que otro puede hacer lo mismo y hasta mejor que tú, tú necesitas servir, así que abre tus ojos para ver donde puedes acomodarte y sírvele a Dios en tu iglesia, si no sabes cuáles son tus capacidades, prueba ayudar en los diferentes ministerios de tu iglesia hasta que encuentres el lugar donde te sientes mejor y eres más productivo.
Hay ministerios enfocados en la vida espiritual de la iglesia. En esta área trabajan los intercesores, personas oran por las necesidades de la iglesia constantemente y promueven programas que estimulen a la congregación a orar, ayunar y a leer la Biblia, y también encontramos a los levitas, mejor conocidos en la actualidad como cantores y músicos, y se incluyen todas las personas que ministran a través de la alabanza, como son los solistas, las bandas, rondallas, coros y grupos musicales, así como los que les apoyan con el sonido y las proyecciones. Y podríamos incluir a consejeros y otros grupos como los de teatro o mimos que se enfocan en el crecimiento espiritual de los miembros de una iglesia.
Otros ministerios se encargan de atender las necesidades físicas de los miembros de una congregación. Su trabajo sigue siendo dentro de la iglesia y ellos se encargan de dar una atención inmediata, especial y constante a los miembros y a los que la visitan. Su propósito es hacer sentir a la gente como familia. En este grupo encontramos a los ujieres, a los que cocinan, limpian y sirven las mesas en los eventos de la iglesia, cuidan niños, a los que apoyan a las hermanas viudas y a los que pierden un ser querido, así como a los hermanos que pasan por una situación especial ya sea un alumbramiento, accidente o enfermedad, en fin, aquí podemos incluir a los que hacen algo para mostrar el amor de Dios dentro de la iglesia.
Hay otro grupo llamado para enseñar la Palabra. Su tarea es presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre. A este grupo pertenecen los maestros de Escuelas Bíblicas de adultos, jóvenes y niños, también los líderes de célula y todos aquellos que imparten un estudio bíblico, ya sea para discipular a un nuevo creyente o para entrenar a los miembros.
En el área de servicio trabajan dentro de la iglesia en la administración, a través de los ministerios de mayordomía, finanzas, mantenimiento de bienes, los que escriben actas y todos aquellos que están tras bambalina apoyando a los otros ministerios con trabajos especiales, proyectos, diseños o actividades económicas. Pero también están los que hacen trabajos de acción social fuera de las paredes de la iglesia, proyectando el amor de Dios a través de las acciones. Estos ven por los migrantes y los más necesitados de su comunidad. Organizan brigadas médicas y de higiene, conferencias promoviendo los valores cristianos y enseñando al mundo desde un punto de vista bíblico y dan apoyo a la comunidad cuando enfrentan un desastre o necesidad especifica.
Y otro grupo, que en la actualidad es muy reducido y por el cual debemos orar mucho, son los hermanos cuya tarea primordial es compartir las buenas nuevas, quienes lo hacen dentro de la iglesia pero mayormente salen de las paredes de la iglesia para ir a plazas, hospitales, asilos y colonias para entregar folletos y dar Palabra, invitando a sus oyentes a que se congreguen en una iglesia para que los discipuladores le den seguimiento. Estos hermanos promueven actividades evangelísticas en auditorios, cines y otros lugares y utilizan los medios de comunicación para expandir el mensaje, apoyándose de otros ministerios de la iglesia.
En el mes de mayo, nuestra iglesia reconoce a todos los hermanos que se han involucrado en el servicio a Dios y le doy muchas gracias a Dios porque hay un montón de gente que trabaja además del Pastor, y Dios nos ha permitido crecer y recoger una buena cosecha.
Hermano, además de involucrarte en las tareas de tu iglesia, reconoce que hay hombres sin título en tu iglesia que te ministran y son de bendición para tu vida y bendícelos tú a ellos también.