Hay muchas cosas que decir del matrimonio, experiencias que contar y consejos que dar, pero lo que dice Dios en su Palabra es vital. El Señor me recordó a través de su Palabra que para que una pareja sobreviva en el matrimonio la unidad es fundamental, porque no serás más 2 sino 1 sola carne. Y en esta ocasión quiero compartir con ustedes dos ejemplos que nos ayudarán a apreciar la unidad en el matrimonio y evitar separaciones.
1. MEZCLAS Y SUMAS
Haciendo tareas con mi nieto estudiamos como separar las mezclas, y obvio que no les daré una clase de eso, sino solo algunos datos que considero muy atinados para entender más a Dios en cuanto a sus preceptos en cuanto al matrimonio.
Cuando mezclas 2 elementos diferentes, los unes, pero no se combinan químicamente, pueden mantener su identidad y propiedad y hasta convertirse en aleaciones, soluciones, etc. Las mezclas heterogéneas son desiguales, se aprecian los componentes porque no se disuelven por completo, mientras que las homogéneas si se disuelven, son uniformes y parecen que son un solo compuesto, pero todas las mezclas se pueden separar, para eso hay varios procedimientos, como la ebullición, evaporación, destilación, etc. Este ejemplo me llevo a meditar en porque no que Dios quiere que tengamos en nuestro matrimonio en yugo desigual, porque, aunque parezca que somos compatibles con otra persona o complementarios, eso no es suficiente para mantener la unidad.
Hay matrimonios mezclados en los que se nota exageradamente las diferencias y otros que definitivamente disimulan muy bien sus diferencias y si ustedes me preguntaran pueden sobrevivir los matrimonios mixtos, la respuesta es sí, así lo han hecho muchos, pero, existe un pero, un gran pero, con mucha presión, fricción y frustración, porque Dios no es el centro de todo, así que se necesita mucha oración y el fruto del Espíritu, para no dejar a Dios y para con su testimonio alcanzar a su pareja, o terminarán separándose después de una crisis, diferencia o circunstancia.
Muchos estarán pensando en que nadie es igual a nadie, tenemos muchísimas diferencias no solo sociales y físicas, sino también emocionales y espirituales y si tienen razón, pero hay algo que dice la Palabra que nos une a los que somos de Cristo, la unidad del Espíritu, de la que nos habla Efesios 4:1-6, tenemos un solo Espíritu, una sola esperanza, un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo; y un solo Dios. La unidad es una decisión, Dios quiere personas que sumen, dos elementos iguales: hombre y mujer, con la presencia de Dios en sus vidas. El resultados son 2 personas con las mismas ideas, intenciones y acciones, obvio que vendrán pruebas y adversidades, pero si dejan que el Espíritu obre en sus vidas y siguen los preceptos del Señor, resistirán los ataques del enemigo.
1. UNA CUERDA RETORCIDA DE 3 HILOS
Eclesiastés 4, de los versos 7 al12, nos habla de cómo la unión hace fuerza y de que la unión es la fortaleza más grande del hombre. Nos da ejemplo de cómo son mejores 2 que uno, la ayuda mutua, que nos proporciona gozo, nos lleva a alcanzar el éxito y a salir de los problemas, de cómo pueden sacar más provecho de lo que hacen y concluye la sección comparándolos con una cuerda, pero no de 2 hilos, sino de 3, en la versión Nueva traducción viviente dice: “mejor todavía si son tres, porque una cuerda triple no se corta fácilmente”, ¿por qué? Porque es más fuerte. 3 cuerdas separadas nunca resistirán lo mismo que las 3 entrelazadas. Una cuerda representa a un solo cónyuge, 2 representanta a la pareja, 3 representa a Dios con la pareja.
Cuando una cuerda es sometida a presión y se estira, termina deshilachándose, hasta que se rompe. Para tener una cuerda más resistente se le agregan hilos. Las cuerdas retorcidas son 3 hilos que se enrollan para aumentar la fortaleza y la resistencia. La clave de un matrimonio exitoso es que la pareja incluya a Dios en sus vidas, pero no solo como un invitado a su boda, sino un inquilino en sus vidas, como esas cuerdas retorcidas, enredados los 3. Hay parejas donde solo uno es cristiano, a ese le toca cargar al otro, y eso no solo es pesado y cansado, sino que no es muy valorado, ya que él que no quiere a Dios en su vida, buscará la manera de sacarlo, aunque eso les cueste el matrimonio, por eso la instrucción de unirnos en yugo desigual, pero cuando le entramos así al matrimonio, necesitamos entonces, vestirnos de fuerza y pedirle gracia al Señor para llevar a nuestra pareja a través de nuestro testimonio a Dios. Porque será una lucha, tratándonos de convertir, nosotros a ellos al evangelio y ellos a nosotros a sus costumbres. La presencia de Dios en el matrimonio nos da la fortaleza para permanecer firme ante los embates de la vida, pero sobre todo conserva nuestra unión, nos enreda con su amor. Así como al pueblo de Israel, que era obstinado y rebelde y nunca lo desecho, sino que dice Oseas 11:4: “Con cuerdas humanas los atraje, con cuerdas de amor; y fui para ellos como los que alzan el yugo de sobre su cerviz, y puse delante de ellos la comida”. Los sacó de sus problemas y les proveyó en abundancia para sus necesidades. A muchos les asustan las cuerdas, les parece perdida de libertad, pero también representan auxilio, las cuerdas que Dios emplea, no son las que se usan para sujetar a los animales, son cuerdas de amor, son los hilos de la paciencia y de dirección, para conducirnos por las sendas seguras que nos conducen al éxito.
1. UNA MEZCLA HOMOGENA
Una mezcla es heterogénea cuando sus componentes pueden distinguirse a simple vista. Por ejemplo: en un recipiente con agua agregamos arena. Una mezcla es homogénea cuando no se pueden distinguir sus componentes como el agua con sal, porque se disuelve y se hacen uno
SU PALABRA ES INFALIBLE Y ETERNA Salmo 119: 160-168
“La suma de tu palabra es verdad, y eterno es todo juicio de tu justicia”. (v. 160) Todo lo que está escrito en la Biblia, de Génesis a Apocalipsis, es verídico porque Dios no dice mentiras y no cambia de opinión, así que no hay que quitar ni poner nada, Su Palabra es infalible, perfecta y eterna.
“Príncipes me han perseguido sin causa, pero mi corazón tuvo temor de tus palabras”. (v.161) Gente importante se levanta contra mí y me acosan sin sentido, solo por profesar mi fe y cumplir tu Palabra. Me agreden y se burlan, pero a pesar de eso, me mantengo firme, porque no le tengo miedo a lo que el hombre me puede hacer, sino a Dios, a quien le tengo un profundo respeto por lo que dice, y lo honro guardando sus preceptos.
“Me regocijo en tu palabra como el que halla muchos despojos”. (v.162) Tu Palabra me hace feliz, al escudriñarlas encuentro tesoros que transforman mi vida, que me permiten apreciar las cosas de una forma positiva y proactiva y contemplo tu hermosa mi Dios.
“La mentira aborrezco y abomino; tu ley amo”. (v.163) Cuanta belleza hay en tus palabras, me han cautivado tus estatutos, estoy enamorado de ti y de tus dichos, oh, Altísimo, es tan limpia y pura tu palabra, que me hace desechar y detestar la mentira.
“Siete veces al día te alabo a causa de tus justos juicios”. (v.164) Todo el tiempo quiero alabarte Señor, mañana, tarde y noche, te glorifico por tus decretos y ordenanzas que son perfectas.
“Mucha paz tienen los que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo”. (v.165) El meditar en la Escritura Santa trae grandes beneficios. Tu palabra sacia mi vida y la llena de bendiciones. Los que aman tu Palabra disfrutan de paz aun en medio de la tempestad y sus ordenanzas los libran de caer, porque sus instrucciones son precisas.
“Tu salvación he esperado, oh, Jehová, y tus mandamientos he puesto por obra”. (v.166) El salmista tenía puesta su confianza en Dios, porque obedecía al pie de la letra sus mandatos. Le decía: Tu Señor eres mi Salvación y en ti me siento seguro practicando tus enseñanzas. Tenía una fe activa, no solo escuchaba sino obedecía y eso le daba seguridad.
“Mi alma ha guardado tus testimonios, y los he amado en gran manera”. (v.167) Con todo mi ser: cuerpo, alma y corazón obedezco tus ordenanzas, no lo hago por imposición, sino porque son mi deleite y adoración, amo lo que dices y cómo me lo dices, mi Señor.
“He guardado tus mandamientos y tus testimonios, porque todos mis caminos están delante de ti”. (v.168) Tú me conoces, nada hay oculto para ti, conoces mis pensamientos, mis emociones y mis acciones, sabes lo que digo, pienso y hago, que camino por tus sendas obedeciendo tus mandatos.