¿Has escuchado la frase: “¿Parece un ángel, pero es un ser humano”? Se usa en consejería matrimonial para que las parejas antes de casarse entiendan que se unirán a un ser humano, con virtudes y defectos.
Durante el noviazgo, la mayoría de las parejas se esfuerzan por ser los mejores, muestran su lado bueno y esconden el malo, y por supuesto, complacen a su pareja en todo. Ya casados, su verdadero “yo” sale a la luz y el egoísmo surge; sufre el cónyuge y su familia política se sorprende. ¿Qué hacer cuando te das cuentas que tu pareja no es la persona que pensabas que era? ¿Qué hacer cuando empiezan los problemas de carácter? Acoplarse, cambiar, ceder, aprender del otro, pero sobre todo amarse y seguir adelante para cosechar bendiciones y fortalecer su matrimonio.
Ahora bien, los problemas de carácter y conducta no son las únicas pruebas que hay que superar en el matrimonio. La vida personal y matrimonial está llena de tropiezos, pruebas que enfrentar y vencer, de diferentes maneras, sí, pero nunca solos, no somos uno, ni dos, somos tres, Dios es el tercero, Él está con nosotros. Así que no importa el tamaño o gravedad del asunto, con Dios todo tiene solución. Cuando no es así, no es por Dios, sino por ustedes, y entre todas las razones que pudieran dar, las principales son:
1) PREFIEREN PELEAR ENTRE SÍ. Porque creer siempre que las cosas fueron como nosotros decimos; pensar lo peor, juzgar y condenar a nuestra pareja. No podemos centrar nuestra relación en un error y olvidarnos de las cosas buenas que tiene la otra persona. Pueden 2 o más personas tener la razón, puede haber 2 versiones diferentes de un mismo hecho. Algunas veces sí, como una moneda con 2 caras. La diferencia la pueden hacer tantas cosas, pero lo más fuerte son los sentimientos. A diferencia del hombre, las mujeres no somos muy prácticas, nos enfocamos más en lo que sentimos. Por lo general, nadie tiene toda la razón, solo Dios, así que las circunstancias se deben de analizar cómo fueron, pero sin dejar a un lado las emociones que provocaron, aterrizando todo en lo que Dios quiere.
2) PREFIEREN LUCHAR CONTRA LA VOLUNTAD DE DIOS. Muchas personas no están dispuestas a dejar trabajar al Espíritu Santo en su vida. La Palabra les dice “qué hagan” y el “por qué deben hacerlo”, pero no les gusta, piensan que es injusto ceder, renunciar, perdonar e incluso continuar y amar a quien les causó un daño físico o emocional. Así que no quieren ser o hacer lo que Dios dice, eso es rebelión y causa mucho dolor.
Esto aplica en cualquier relación, no solo en la matrimonial. Vivamos en paz y en armonía, buscando en Dios la reconciliación. Si le llevan sus problemas a Dios, evitarán peleas, corregirán errores, sanarán sus heridas, serán transformados sus pensamientos y sentimientos y restaurarán sus relaciones con las personas. En Cristo todo tiene arreglo, quizás no como nosotros queremos, pero sí como Dios quiere. La resignación, el contentamiento, la fortaleza, la esperanza y el perdón son una solución, que te dará bienestar espiritual y emocional.