
Se nos está acabando este año, algunas metas están pendientes de concluir, pero todavía hay tiempo. Lo más triste que nos puede pasar es desanimarnos y llenarnos de temor. El mundo pareciera cada vez más enredado en la obra del enemigo y en los afanes del mundo, y esto nos lleva a recibir malas noticias por todos lados provocando que algunos de nuestros anhelos se vean frustrados. Obviamente la situación que vivimos es para alarmarse, pero no para llenarse de temor. La gente le tiene miedo al dolor, a la muerte, a los hombres, a todos, incluso a Dios. Piensan que estamos en el tiempo de la ira, por eso les da miedo hacer planes y se vuelven negativos, pero no hermano mío, todavía estamos viviendo en tiempos de gracia.
Así que quiero recomendarles que esperen el bien y no el mal, porque, aunque el mundo cambie, nuestro Dios sigue siendo el mismo. Así que saca de tu mente al Dios que quiere destruirte, y alberga en tu mente Su gran amor y bondad. Estamos en tiempo de esperanza, porque hay una buena noticia que ha prevalecido por siglos: "Él quiere salvarnos" así que, si necesitas cobertura para tus necesidades y emociones, solo tienes que buscarlo a Él, si se te acabaron las fuerzas o los recursos, obtenlos de Él. Porque la única manera de vencer al "espíritu de temor", es confiar en Dios y amarlo con todas tus fuerzas, porque en el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo (Juan 4:18), y que peor castigo es que sentir miedo y sentirse lejos del que todo lo puede, de nuestro gran Dios.
Cambia tus pensamientos, recuerda esto: NO ESTÁS SOLO (Isaías 41:10) Dios nos dice: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. Y DIOS TIENE PARA TU VIDA UN BUEN PLAN (Jeremías 29:11) "Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes, afirma el Señor, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza".
Así que vive todo el año, esperando el bien, porque de tu lado está Dios el dador de toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación (Santiago 1:17).