A la gente le emocionan las celebraciones y estamos a punto de celebrar Navidad, lo más probable es que no sea la fecha exacta del nacimiento de Cristo, pero es la fecha que se le ha concedido en el calendario para homenajearlo.
La gente inicia sus preparativos con tiempo, quiere que todo esté perfecto, ¡que sea una gran noche! Creo que la mayoría sabe el significado de la Navidad, pero le dan otro sentido a esa noche. Pareciera que la familia, la cena, los regalos y hasta el vestido que te vas a poner fuese lo más importante, porque le dedicamos mucho tiempo a esas cosas. Otros, como las películas se enfocan en los sentimientos buenos, en aquellos que nos hacen ser mejores y compartir con los demás, pero no mencionan a Jesucristo.
Eso es muy lindo y podemos hacer “casi todo” lo que normalmente planeamos hacer en Navidad, pero sin perder el enfoque de qué quien merece la gloria y los regalos, es Dios. Dije “CASI TODO” porque no todo encaja con Jesucristo, Él es un ser espiritual y santo, por eso la Navidad debería tener ese mismo sentido y festejarse con verdadera devoción a nuestro Señor y Salvador, y por lo tanto, quitar todo aquello que no le agrada a Él, de lo cual no hay necesidad de darles una lista, porque ya lo sabemos.
En esta Navidad, rinde culto a Dios, adora a Jesucristo, si estás sano y no tienes impedimentos que Dios te pueda justificar asiste a la iglesia. Tenemos tantas excusas para no ir a la iglesia, que nos las creemos, y podemos convencer al mundo entero de que tenemos una razón justificada, pero Dios que conoce nuestros pensamientos y la intención de nuestro corazón, sabe perfectamente si queremos o no queremos alabarlo, y si no nos gusta congregarnos, cuando Dios nos ha pedido que no dejemos de hacerlo (Hebreos 10:25). Así que, si Jesús es tu Señor y el Padre tu Dios, planea pasar Noche Buena, en el Templo, prepárate con tiempo, quita los obstáculos y ve a la Casa de Dios, la familia en la fe debe celebrar unida el cumpleaños de Jesús. Como iglesia, debemos organizarle una gran fiesta en Su Casa, e invitar a todos, y obvio, que tú también le puedes hacer una fiesta en tu casa, pero esa sería una segunda fiesta, para los que no les gusta ir a la iglesia, para que también puedan escuchar el mensaje de salvación, que tú les compartirás.
Hay gente que asiste casi todos los domingos del año a la iglesia, pero ese día no lo hace porque prefiere pasarlo con su familia no convertida para hablarles de Jesús, esto aparentemente es buenísimo, pero no nos confundamos, si con hechos no les demostramos que primero está Jesús, las palabras se las llevará el viento: tenemos que enseñar a la gente que a Dios le agrada que nos congreguemos en la iglesia.
Otra de las excusas o justificación entre los cristianos es: nosotros adoramos a Jesús en la casa, allí le hacemos culto, pero déjenme decirles que no es lo mismo, no hay nada como estar en la “Casa de Dios”, es el mejor lugar para adorarlo, sin distracciones, ni trabajos, porque si no estaremos como Marta, afanados con los detalles. Obviamente que Dios está accesible en todos los lugares, pero los salmistas nos hablan de la bendición de estar en la casa de Dios y de estar unidos a Su pueblo (Salmos 84 y 133).
Habrá quienes digan que no son hipócritas, que prefieren celebrar a su gusto, que asistir por compromiso, tradición o sin verdadera pasión y devoción a la iglesia, pero es necesario que reconozcan que Jesús debe ser primero y que el mejor lugar para manifestar que lo creen, es en el Templo. Dios puede hacer maravillas en medio del culto, cambiar sus sentimiento y emociones en medio de las alabanzas y a través de su Palabra que caerá en ellos obrando en gran bendición.
No faltes a tu iglesia ningún domingo, ni en Navidad ni las fiestas solemnes. No necesitas regalos, ni un vestido nuevo, ni siquiera preparar una cena, aunque lo puedes hacer después del culto en la iglesia, solo necesitas un corazón lleno de gratitud y el deseo de agradar a tu Señor.
Sé feliz en esta Navidad y haz feliz a Jesús.
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