En la Biblia encontramos 7 cartas muy especiales, escritas para las iglesias que estaban en Asia en esa época, grupos reales de cristianos, gente como tú y como yo. A través de estas cartas podemos ver situaciones que viven nuestras iglesias y lo mejor de todo es que encontramos el consejo apropiado para resolver sus problemas.
La vida es un ciclo, la gente de todos los tiempos ha tenido y tiene los mismos sentimientos y enfrenta problemáticas similares, lo que ha cambiado es la tecnología, pero las cosas de la vida y la moda van y vienen, así que podríamos decir que fueron escritas también para la iglesia de hoy.
Apocalipsis nos habla de dos iglesias muy buenas, dos muy malas y tres, en parte buenas y parte malas. El Señor las pone en evidencia, declarándoles claramente quienes son, sus aciertos y sus fallas, y es muy específico marcándoles lo bueno y lo malo. Dice la Biblia que todo tiene su tiempo, momentos de callar y otros de hablar (Ec. 3: 7); en el pasaje de Sofonías 3:17 Dios calló por amor, pero en esta ocasión fue el mismo amor de Dios que lo movió a hablar. A veces por no lastimar a alguien no le decimos que está equivocado, pero lo único que hacemos es dejar que se hundan más creyendo que no importa si hacen algo malo, con que hagan algunas cosas buenas es suficiente, cuando lo que Dios espera de nosotros es una consagración total.
El amor de Dios es tan grande que previene, que exhorta y que guía. Estas cartas deberían ser un espejo para que nos mirásemos en ellas y buscáramos semejanzas y siguiéramos las instrucciones para salir del enfriamiento.
Dios dice a sus iglesias (a las de entonces y también a las de ahora), que si tienen oídos los usen para escuchar, que pongan atención, porque a veces las palabras entran por nuestros oídos, pero igual salen sin ser digeridas. Aparentemente escuchamos, pero la verdad es pasaron solo palabras no captamos bien el mensaje, así que paso sin dejar huella ni en la memoria ni el corazón, sin provocar cambio alguno en nuestras vidas.
Visto desde un punto espiritual, las iglesias buenas eran las iglesias avivadas, formadas por gente que a pesar de sufrir persecución eran fieles. Las malas, estaban frías, formadas por gente convertida al evangelio pero que no dejaban sus costumbres paganas, y las tibias, por así decirlo, eran las que estaban conformadas por cristianos que hacían cosas buenas, pero se habían vuelto indiferentes y arrogantes, con poca fuerza y poco amor.
Es importante saber que Dios ve nuestro trabajo y esfuerzo, porque Él se lo reconoce a cada una de esas iglesias, pero más importante es saber que también Él conoce lo que hay dentro de nuestro ser, las intenciones y motivaciones con las cuales actuamos (Hebreos 4: 12-13), así que de poco nos sirve hacer las cosas sin amor (1 Co. 13:3). A veces nosotros mismos nos engañamos creyéndonos buenos y resulta que somos malos y mentirosos (Jeremías 17:9-10); debemos entender que en el juicio final no seremos salvos por nuestras obras (porque carecen de valor cuando no son producto del amor de Dios, sino que nos mueven otros intereses), sino porque Jesucristo es nuestro Señor (Mateo 7: 21-23).
Analicemos entonces cuales fueron los aciertos de las iglesias y cuales sus puntos débiles, para ver si nosotros más que como iglesia, como creyentes poseemos esas cualidades o esas debilidades y enderecemos nuestros pasos en el camino correcto, haciendo lo que le agrada a Dios.
LOS PUNTOS A FAVOR DE LAS IGLESIAS SON:
1. Amor.
2. Servicio: Obras y arduo trabajo.
3. Obediencia: has guardado mi palabra.
4. Fe: no has negado mi nombre.
5. Fidelidad: Rechazan a los falsos profetas y aborrecen la obra de los malos.
6. Santidad: no han manchado sus vestiduras.
7. Paciencia: soportan la tribulación y las pruebas.
LOS PUNTOS EN CONTRA DE LAS IGLESIAS SON:
1. Has dejado tu primer amor.
2. Retienes doctrina falsa.
3. Tienes nombre de que vives y estás muerto.
4. Eres tibio, y no frío ni caliente.
5. Arrogancia, no creían necesitar nada.
LAS SOLUCIONES AL PROBLEMA:
1. Arrepiéntete, vuelve al primer amor y hagan sus primeras obras.
2. Confía en Dios, no le tengas miedo a las pruebas.
3. Afírmate en las cosas de Dios.
4. Acuérdate de lo que has recibido y oído; y guárdalo.
5. Obedece a Dios en todo.
6. Retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona
7. Levántate y esfuérzate por mejorar las cosas.
Me llevaría mucho tiempo ponerles más cosas acerca de las bendiciones y los castigos que recibirán las iglesias; lo más relevante es que a cada una, Dios le dará el pago que merecen sus acciones y que Él quiere iglesias activas, no solo en su vida espiritual sino en su manifestación al mundo, ya que somos sus testigos y no debemos contaminarnos sino ser ejemplo en todo.
Esas iglesias no estaban sin hacer nada, dos de ellas se mantenían fieles, pero lamentablemente las otras estaban siendo influenciadas por doctrinas y profetas falsos y se estaban enfriando y algunas hasta muriendo. Lo que más me llama la atención es la frase: !!Ojalá fueses frío o caliente! pero por cuanto eres tibio, te vomitaré de mi boca, lo que nos hace ver que lo peor que nos puede es caer en la mediocridad, el conformismo, en caminar como cristiano pero pensar y vivir como mundanos, en ser consagrados por fuera pero profanos por dentro, porque los fríos de perdido saben que están mal, pero los tibios se creen buenos y no lo son.
Definitivamente lo mejor sería que Dios nos encontrara trabajando, enamorados de Él y obedeciéndole en todo, así que el secreto está en los 7 aciertos de las iglesias. Limpiémonos diariamente y vivamos para Dios. es la mejor manera de alcanzar la felicidad y dar fe del amor verdadero.
Septiembre 2012