Parece mentira que cuando se nos da tiempo para hacer las cosas en lugar de hacerlas mejor, le damos largas al asunto. Es típico de los mexicanos, al menos eso se dice de dejar las cosas para el último. Jugamos con el tiempo y luego nos la vemos apurados cuando se nos acaba. Necesitamos entender que, aunque salgamos bien librados en la mayoría de las ocasiones, no es lo mejor, necesitamos aprender a prepararnos bien.
Desde hace mucho tiempo Dios nos ha advertido del regreso de Jesucristo. No será igual que cuando vino por primera vez, vino manso y humilde (Mateo 11:29), su intención era anunciar el reino para salvación para darnos oportunidad a todos. Ahora viene por los suyos, con poder y gloria (Mateo 24:30), el tiempo de gracia terminará y levantará la cosecha (Apocalipsis 14:14-20). ¿Cuál cosecha? Aunque parece que algunos se han mezclado, diciendo que son “cristianos” pero sus frutos no los apoyan en sus dichos, el juicio será evidente, Él hará una separación (Mateo 13:30). Cristo viene por un pueblo santo, celoso de buenas obras (Tito 2:11-14).
Hace ya más de 2000 años que se predijo este suceso, pero Jesús no ha regresado. Desconocemos el tiempo, solo el Padre lo sabe (Marcos 13:32). ¿Puede ser en estos días?, no lo sabemos, lo que si podemos afirmar es que Él vendrá y debemos estar listos. No debemos pensar que tenemos mucho tiempo para ponernos a cuentas con Dios o limpiar nuestros caminos, porque Su regreso será como ladrón en la noche, si no lo estás esperando. En los días de Noé todos estaban ocupados en sus placeres y negocios, el tiempo parecía a su favor pues el diluvio no llegaba, así que no hicieron caso al mensaje de salvación que Noé les predicó. La tierra se inundó y solo los que creyeron y se prepararon alcanzaron salvación.
Necesitamos estar atentos, expectantes y preparados, porque el Hijo del hombre volverá, puede ser en el momento en que menos te lo esperes, cualquier día a cualquier hora (Mateo 24:44b), así que si todavía practicas algo vergonzoso ante los ojos de Dios, no lo hagas más, pones en riesgo tu salvación. Para alcanzar la salvación debes estar listo, ser un cristiano fiel hasta el final.
“Recuerda que en los últimos días llegarán tiempos difíciles. La gente se volverá egoísta, amante del dinero, fanfarrona y orgullosa. Se insultarán unos a otros, no obedecerán a sus padres, no darán ni las gracias y serán mundanos. No sentirán afecto por los demás ni estarán dispuestos a perdonarlos. Hablarán con maldad, estarán fuera de control, serán crueles y odiarán el bien. En esos mismos días, la gente traicionará a sus amigos, actuará sin pensar, se enorgullecerá de lo que sabe y en vez de amar a Dios, amará los placeres. Parecerán ser muy religiosos, pero con su manera de vivir demostrarán que en realidad rechazan servir a Dios; no te metas con esa gente” 2 Timoteo 3:1-5 PDT
Y si el tiempo sigue corriendo y el Señor no viniera en nuestro tiempo de vida, sabemos que un día estaremos en su presencia y debemos estar preparados, limpios, y solo la sangre de Cristo nos puede santificar.
¿Qué debes hacer para prepararte? Como dice Efesios 5: Andar como hijo de luz, aprovechando bien el tiempo y encontramos una lista muy detallada que sería bueno que leyeras, pero el mensaje más directo lo encontramos en Tito 2:11-14: renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando a nuestro Señor.