Al iniciar un año nuevo, la gente se pregunta ¿será ya este año el fin del mundo conocido?

Casi todos hemos escuchado hablar del calendario maya. Un calendario es un sistema de medición del tiempo. Ellos se percataron de la existencia de un orden en el firmamento e hicieron este calendario cíclico como otros que conocemos, donde se repiten la cuenta de las mismas fechas, y mismas series de años, pero su particularidad es que comenzó el 13 de agosto del 3114 a.C., y al parecer se detuvo el 21 de diciembre de 2012 d.C., terminando así su ciclo de tiempo e inmediatamente comenzando uno nuevo diferente. Lo construyeron de piedra y está conformado por tres diferentes cuentas que contaban el tiempo simultáneamente: el Sagrado de 260 días, con propósitos religiosos; el Civil de 365 días usado para las cosechas y por el gobierno; y la Cuenta Larga, de 144.000 días que era una forma continua de contar el tiempo desde el inicio. En el que establecieron los ciclos de la vida de acuerdo al movimiento de la luna y el sol, y según los estudiosos ha sido el más exacto astronómicamente que ha existido.
Dejaron una señal de alerta porque creían que cuando los astros se alinearían por última vez de manera perfecta, que según sus cálculos sería el solsticio de invierno del 2012, cuando el sol de mediodía estará en conjunción con el punto de cruce de la eclíptica de él, con el plano de la Galaxia, mientras que también lo estará con el centro de la Vía Láctea, pero nuevas interpretaciones dijeron que sería en este año 2020. Dicen que los Mayas sabían que nuestro sol es un ser vivo que respira y que cada cierto tiempo se sincroniza. Y que al recibir un chispazo de luz del centro de la galaxia brillará tan intensamente, que producirá erupciones solares y cambios magnéticos, y que la tierra se vera afectada por sus cambios mediante un desplazamiento de su eje de rotación. Y que a partir de ese movimiento se producirían grandes cataclismos. Que una ola de calor aumentará la temperatura del planeta, produciendo cambios climatológicos, geológicos y sociales en una magnitud sin precedentes, y a una velocidad asombrosa; pues al acelerar el sol su actividad por el aumento de vibración producirá más radiación, aumentando la temperatura del planeta. Y al existir una mayor actividad del sol, se provocará un derretimiento en los polos, si el sol aumenta sus niveles de actividad por encima de lo normal habrá una mayor producción de viento solar, más erupciones masivas desde la corona del sol, un aumento en la irradiación y un incremento en la temperatura del planeta. Y que aparecerá un cometa cuya trayectoria pondrá en peligro la existencia misma del hombre (esto fue tomado de las 7 profecías mayas). Muchos científicos, historiados y disque profetas apoyan esta profecía o cuando menos no la descartan.
Pero que dice Dios respecto al fin del mundo. En su Palabra nos habla claro y dice: Ustedes oirán que en algunos países habrá guerras, y que otros países están a punto de pelearse. Pero no se asusten; esas cosas pasarán, pero todavía no será el fin del mundo. Porque los países pelearán unos contra otros, la gente no tendrá qué comer, y en muchos lugares habrá terremotos. Eso es sólo el principio de todo lo que el mundo sufrirá. Los cristianos serán maltratados, llevados presos y los matarán, porque el mundo los odiará por ser sus discípulos. Algunos dejarán de creer en Él; se traicionarán y hasta sentirán odio. Llegarán muchos falsos profetas y engañarán a muchas personas. La gente será tan mala que la mayoría dejará de amarse. Pero el fin del mundo llegará cuando las buenas noticias del reino de Dios sean anunciadas en toda la tierra, y todo el mundo las haya escuchado. Y asocia el fin de este mundo con Su venida, y dice que efectivamente el sol, la luna y las estrellas serán afectados, pero que Él reunirá los que confían en Él y los salvará. Respecto al día y la hora, ni los ángeles ni Él la sabe, solo el Padre. Lo que si sabemos es que vendrá como ladrón por la noche, por eso debemos estar atentos y preparados, porque llegará cuando menos lo esperen. Y que el cielo y la tierra dejarán de existir, pero Sus palabras permanecerán para siempre (Mateo 24).
Vivimos tiempos apocalípticos, ya estamos viendo guerras sin causa justa, cambios climáticos, grandes calamidades, virus, enfermedades, desastres naturales con más frecuencia y el comportamiento de los hombres y la sociedad dejan mucho que decir, están no solo fuera de la voluntad de Dios sino en contra de ella. Y el Señor dijo que esas serían señales y cuando las viéramos recordáramos que Él viene pronto, pero por un pueblo redimido y santo. Así que las señales son alertas que previenen males. Las señales de Dios deben ser muy importantes para ti, ignorarlas puede causar tu muerte física y espiritual. Así que es tiempo de limpiarte y de servirlo.
Nadie quiere que sucedan desgracias, pero sucederán porque son la causa de nuestro descuido de las ordenanzas de Dios. Pero no podemos quedarnos sin hacer nada ante tantas cosas desagradables, debemos buscar a Dios y ayudar a que otros lo encuentren, porque cuando todos sepan que Jesucristo es quien puede cambiar su situación de muerte, y lo reciban en su corazón, seremos salvos de la ira que se avecina y podremos gozar de la tierra y el cielo nuevo, y la compañía de Dios con todos sus beneficios que nos ofrece en Apocalipsis 21.
Así que no sabemos si nuestra tierra dejará de ser como la conocemos en uno de los meses o será el próximo año o dentro de 10 años, lo que sí sabemos es que sucederá y que la única manera de no sufrir la muerte espiritual es por medio de Jesucristo, no dejes pasar más tiempo, el tiempo no es tuyo, ponte a cuentas con Dios y prepárate para la hora de estar frente a Él.
Enero 2012